La importancia de «cancelar»
(Del Libro Atrevete a ser tu Maestro de Suzanne Powell)
Ahora que conocemos la existencia del poder de la mente, de las palabras y de todo lo que podamos imaginar en un instante y las consecuencias de todo ello, necesitamos una herramienta inmediata para eliminar aquello que hayamos dicho o imaginado, a fin de que no se manifieste en nuestra realidad. Como ya somos conscientes del poder que tienen las palabras, cuando digamos algo que no queremos que se proyecte en nuestras vidas y nos demos cuenta de ello en el momento, podemos pronunciar en nuestra mente o en voz alta la palabra «cancelar» y rectificar a continuación la frase o la palabra pronunciada. Digo, por ejemplo: «Mi vida es un desastre». Luego pienso: «¿Realmente quiero vivir una vida desastrosa?». La respuesta es «no», por lo tanto digo «cancelar» y rectifico: «Mi vida es una maravilla».
Lo creas o no, da igual en ese momento. Lo primero es la palabra, al igual que en la creación descrita en la Biblia «primero fue el Verbo». Si decidimos transformar nuestra existencia decretando que mi vida es de determinado modo, ya nos estamos alineando con ese estilo de vida. Por ejemplo, si digo: «Quiero encontrar el amor», tendré la experiencia de «querer» el amor, pero no viviré el amor en sí mismo. Por lo tanto, cambio la expresión «quiero encontrar el amor» por «vivo en el amor». Y sitúo el amor en la cúpula del palacio, y bajo esa cúpula de amor se suceden y se desarrollan todas mis experiencias. Cuando eso ocurre, todas las experiencias vividas son la expresión del amor.
Lo creas o no, da igual en ese momento. Lo primero es la palabra, al igual que en la creación descrita en la Biblia «primero fue el Verbo». Si decidimos transformar nuestra existencia decretando que mi vida es de determinado modo, ya nos estamos alineando con ese estilo de vida. Por ejemplo, si digo: «Quiero encontrar el amor», tendré la experiencia de «querer» el amor, pero no viviré el amor en sí mismo. Por lo tanto, cambio la expresión «quiero encontrar el amor» por «vivo en el amor». Y sitúo el amor en la cúpula del palacio, y bajo esa cúpula de amor se suceden y se desarrollan todas mis experiencias. Cuando eso ocurre, todas las experiencias vividas son la expresión del amor.
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