La Vida y la Muerte
(Del libro Vivir en la Tierra de Matías De Stefano)
Ambas
son nacimientos, son metamorfosis de lo físico, son iniciaciones
para el espíritu y el alma, momentos sagrados. El nacer es la
iniciación a la Vida, y la Muerte la iniciación a la otra Vida.
La
Vida está compuesta de todos los componentes físicos y etéricos
conocidos y desconocidos. La Vida va más allá de la Muerte, pues es
la vida la que nos permite aprender mientras transitamos los diversos
caminos de las realidades, y eso abarca un amplio sector del universo
y de las existencias, por eso, la Vida es entendida como la Escuela del Alma , y la Muerte,
en cualquier nivel, es entendida como la graduación del Alma en ese aprendizaje.
La
muerte también existe en planos superiores, pues no es más que una
transformación que permite el traspaso de un nivel a otro de
conciencia, de existencia y aprendizaje.
La
Vida puede darse de muchas maneras, y todas son aceptables, pues toda
vida se genera por un propósito divino, aunque a veces el contexto
haya hecho que esa vida se degenere de su realidad y su verdad.
Todo,
absolutamente todo en la existencia, tiene vida, desde las piedras,
al plástico, desde un barco hasta la selva, todo está vivo y en
movimiento, todo tiene chispa divina, todo vibra, y por ende, todo
está vivo, lo único
que
varía es el proceso de evolución y la forma de muertes, que pueden
ser trágicas o reguladas, pero todo aquello que fluye en la
existencia sabe que todo posee un alma o al menos una especie de
esencia álmica, que permite que forme parte de nuestra vida y
nuestro aprendizaje.
Incluso
el ser al que muchos creen incapaz de tener vida, ni alma, ni
espíritu ni sentimientos, tiene Vida, y de las más puras y
capaces... nuestro Planeta, la Tierra, el ser vivo cercano más
grande que conocemos..
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